“Carol y el fin del mundo” la vi hace poco y aquí he llegado. Le dedico un artículo. “¡Qué tontería!”, – podéis pensar pero le veo mucho sentido y por eso la traigo al blog.
No tuve expectativas, no leí la descripción ni tampoco vi el trailer. La puse y tal cual me enamoré. Mi mayor motivo es que la serie a pesar de parecer una del montón habla de manera muy clara e irónica (incluso sarcástica) sobre salud mental. El tema que ocupa mi mente desde hace mucho y del cual quiero hablar más.
Un breve resumen:
Carol es una mujer que tiene un poco más de 40 años, sin hijos ni pareja. Tiene una hermana que viaja por todo el mundo y padres que están disfrutando de su jubilación en compañía amorosa de su enfermero… Todos son felices menos Carol. Y además, se sabe que inevitablemente dentro de un medio año el planeta se va a cruzar con otro lo que garantiza la destrucción de ambos. El fin del mundo está confirmado y tiene una fecha.
La serie “Carol y el fin del mundo” no es densa, pero sí un poco triste y madura a pesar de ser una sci-fi. Es imposible no pararse a pensar: “es verdad, y que haría yo si supiera que el fin del mundo está a la vuelta de la esquina?”. Las películas que tratan del apocalipsis suelen mostrar cómo la humanidad lucha por salvar el planeta. Pero en “Carol y el fin del mundo” la gente trata de salvar sus vidas, vivirlas tal como quieran. Y Carol en particular intenta salvar la suya, salir de la depresión y encontrar su sentido. Me parece un enfoque muy original.
Hablando de ella. Me parece un personaje muy auténtico, le cojes cariño y entiendes el porqué de sus acciones o sentimientos. Es introvertida y tímida pero también valiente para decir “no” y hacer lo que ella quiere, o al menos intentarlo.
Los personajes secundarios tienen sus historias. Así vemos cómo diferentes personas intentan arreglar sus propios mundos. Algunos están llenos de pena por su pasado, otros por el amor que no encuentra una salida sana, otros buscan su felicidad en lugares exóticos lo que quizá les aleja aún más de ser ellos mismos…
En la serie se forma un movimiento en masa, una especie de obsesión de “Carpe Diem” – aprovecha el día de hoy mientras tienes tiempo. La gente viaja, pasea desnuda y hace todo lo que en un mundo normal no harían.
¿Pero es eso lo que necesitamos todos? ¿Vivir “al máximo” para sentirnos felices?..
Carol encuentra su sentido donde algunos no buscarían: en la rutina y relaciones interpersonales. Así que sí.. en cierto modo “Carol y el fin del mundo” es una oda de amor hacía monotonía.
Pero para mí es algo más. Es encontrar profundidad donde parece que no la hay, disfrutar de lo que a ti te hace sentir bien ignorando a los demás, reconocer que tal vez no necesitas escaparte a ningún lado para estar bien sino que puedes crear tu propia “burbuja de paz” estés donde estés.
Así he sentido esta historia.
Y finalmente, ¿qué harías si supieses que el mundo se acaba en unos meses?